martes, 13 de septiembre de 2016

Resumen De La Película Disconnect
La película narra tres historias paralelas con un denominador común: la interacción social online. Aborda problemáticas de la sociedad actual cuyas principales causas provienen del surgimiento de Internet en la vida cotidiana de los individuos, del universo 2.0: el robo de identidad, el acoso cibernético y el difícil equilibrio entre adolescencia e Internet.
La historia principal trata sobre la intimidación online, otra sobre el robo de identidad y la última sobre una periodista que trata de salvar a un joven menor de edad, que gana dinero mostrándose vía webcam. Disconnect representa dramas como el de personas separadas por pertenecer a diferentes mundos y ser de diferentes edades; personas que creen que están solas y que no cuentan con el apoyo de nadie y deciden abandonar este mundo; padres demasiado ocupados en sus trabajos, pendientes de sus celulares y sin tiempo para atender
a sus familias; parejas que no pueden hablarse después de haber sufrido una gran pérdida y que buscan apoyo en otras personas.
En el presente ensayo se buscará analizar la historia de Ben, un chico que como muchos en la actualidad, es víctima de la agresión o intimidación online, también llamada bulling, por parte de chicos de su misma edad. Ben Boyd es un adolescente de unos 12 años de edad, un chico sin amigos, quizá por ser considerado raro por quienes lo rodean, incluso por su hermana mayor, también adolescente. Ambos acuden al mismo colegio y su hermana intenta ignorarlo cada vez que se encuentra con él en los pasillos. Su padre es abogado, adicto al trabajo, lo que fundamentalmente afecta a Ben, su único hijo varón.
En consecuencia, Ben se refugia en su cuarto la mayor parte del tiempo, en donde compone su propia música y la graba con su computadora, la que también utiliza para socializar con desconocidos libres de prejuicios en las redes sociales, con quienes comparte su fanatismo por las bandas under y publica sus grabaciones. Facebook le da la libertad de expresarse, de ser quién realmente es: un chico talentoso, inteligente y en efecto atractivo para quienes no conocen su realidad. Sobre esto último, Castells (2001) explica que los juegos de rol y la construcción de identidad como base de la interacción online es un tipo de actividad que tiende a concentrarse especialmente
en círculos adolescentes. En efecto, los adolescentes son personas que se encuentran en proceso de descubrimiento de la identidad y experimentación de la misma, o de averiguar quiénes son realmente o quiénes les gustaría ser.
El nudo de la película se desarrolla cuando dos compañeros de clase, con la intención de reírse de él, crean un perfil falso con la foto de una chica a la que llaman Jessica, que demuestra interés en su persona. Así, logran entablar un diálogo atractivo para Ben, quien por primera vez experimenta una amistad con alguien del sexo opuesto, con la que logra identificarse por tener gustos similares y al mismo tiempo sentirse comprendido por tener los mismos problemas.
Para poder entender este vínculo, es necesario retomar a Howard Rheingold, quien en su libro Virtual Communities (1993-2000), anunció el nacimiento de un nuevo tipo de comunidad, que reúne a la gente online en tomo a una serie de intereses compartidos, creando lazos que podrían extenderse a la interacción cara a cara.
En este caso, es evidente que la relación cara a cara es imposible.
Sin embargo, al recibir Ben una foto algo sugestiva por parte de su supuesta amiga y al haber ganado su confianza, el protagonista es motivado a hacer lo mismo, y así le envía su foto. Al día siguiente, esta foto es enviada a todos sus conocidos y compañeros del colegio. Al enterarse de lo ocurrido, Ben no puede sentirse más humillado e instantáneamente sale corriendo de su casa, tras lo cual se encierra en su cuarto.
Una encuesta de Unicef reveló que el 23% de los chicos fue agredido alguna vez en Internet y en las redes sociales y que el 16% sostuvo haber usado la web para perjudicar a otra persona (La Nación, 2012). De esta lectura se desprende que lo que ocurrió con Ben no sólo pasa en las películas, sino también en la vida real. Como sostiene Castells (1995):
La gente que vive vidas paralelas en pantalla está en cualquier caso limitada por los deseos, el sufrimiento y la
Mortalidad de sus seres físicos. Las comunidades virtuales nos presentan un dramático nuevo contexto en el que
Pensar sobre la identidad humana en la era de Internet. (p. 267)
El desenlace de su historia culmina de la peor manera: Ben intenta suicidarse. Su hermana es quien lo encuentra a tiempo colgando del techo de su cuarto. Pero a pesar de esto Ben jamás recuperó la conciencia. No pudo soportar semejante humillación, la cual indudablemente en lugar de integrarlo a sus círculos terminó alejándolo por completo. Es necesario recordar a Durkheim (1965), quien estudió el suicidio como hecho social, del cual pudo diferenciar tres tipos. Uno de ellos se corresponde con lo ocurrido a Ben: el suicidio egoísta, que ocurre cuando los individuos no están integrados a un grupo social, cuando la autoridad del grupo y la fuerza de las obligaciones

impuestas por un medio estrecho no reducen los deseos de perder la vida.

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